Las bodas filipinas tienen algunas tradiciones muy particulares y así es como son atractivas pues permiten entrever las costumbres del país.
En la cultura filipina, el matrimonio ocupa un lugar sagrado y en la ceremonia ocupan un lugar privilegiado los llamados “ninong y ninangs”, los padrinos de bodas. Debido a la ocupación española durante más de 300 años en Filipinas, las ceremonias también están impregnadas de algunas costumbres hispanas.
El novio luce el tradicional barong Filipino, túnicas bordadas y realizadas con fibras de hoja de piña mientras que las novias eligen un vestido actual y occidental. Al comenzar la ceremonia los padres de los novios encienden dos velas y las colocan a los lados de la vela de la unidad, que luego será encendida por los novios al finalizar la boda como símbolo de la unión, de aquí en más sus vidas están encendidas por el mismo fuego. Por esa razón, cada aniversario la pareja tendrá que encender la vela de la unidad.
En las bodas filipinas también se realiza la ceremonia del velo y el lazo, que ocurre cuando la pareja ha sido declarada marido y mujer. Entonces, la pareja se arrodilla y los padrinos ponen un velo blanco sobre sus hombros. El velo significa el deseo de la pareja de vivir bajo la protección y el amor de Dios y además es símbolo de la unión. Luego, los padrinos enlazan un cordón blanco formando un ocho sobre los hombros de la pareja, para representar el vínculo eterno.
El uso de arras nace de la tradición hispana y, en el caso de las bodas filipinas, los padrinos compran 13 monedas de oro o plata para representar la riqueza compartida y los conocimientos que desean para la pareja.
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Foto – NTM
Fuente – Prmob